Primera experiencia con Salvia divinorum

por Utopiagon

De este relato sólo comentar que suele considerarse que para los viajes de Salvia es preferible un entorno sin luz y sin ruídos ni música, a diverencia de lo que acontece con otros visionarios.
Hoja de Salvia divinorum Salvia divinorum


    Probé la salvia hace dos días y he de decir varias cosas.

    Hasta ahora había leído bastante sobre ella, y tras probarla, veo lo mucho que me queda por aprender. Nos fuimos varios amigos a la sierra y utilizamos una pipa corta, de madera. He podido comprobar que es mejor realizar aspiraciones profundas, y aguantar el humo lo máximo posible (sin forzar al máximo). Hubiera preferido tomarla en otra situación (en un lugar con música y tumbado...) pero no rechazo para nada la experiencia en la montaña.

    En primer lugar sentí un mareo muy agradable (primeras caladas), y después las perspectivas comenzaron a deformarse. Mientras anochecía, la silueta del monte de enfrente parecía rebullir pacíficamente, envuelta en un pequeño burbujeo apenas visible. Al girar mi cabeza las zonas de visión periféricas se veían deformadas, de manera que el giro no era totalmente seguido por su visión (como si hubiera un desfase o una fuerza que contrarrestara el movimiento). Esta sensación era desconcertante a la vez que divertida. A veces me parecía estar más cerca o lejos del punto al que miraba (algo parecido a la macroscopia y microscopia que describen en los efectos de otras sustancias).

    Tras las últimas inhalaciones, más profundas, y en las que intenté aguantar más el humo, estos efectos se hicieron más claros, hasta el punto de que, al ponerme en pié, mi confusión fue enorme, pues me parecía estar sentado; esa era la información que me daban mis ojos, pues físicamente, me sentía sobre mis pies. Al mirar a mi alrededor las dimensiones fueron en tal forma estiradas que no sabía si la piedra sobre la que estaba giraba o yo mismo me encogía de manera extraña entre mis amigos, el suelo, los árboles, la piedra y el cielo, más lejano de lo que debiera. Ante la confusión, me agaché despacio para sentarme sin perder el equilibrio. Esta lentitud y las complicaciones de los movimientos (mientras me agachaba giraba a ambos lados la cabeza) afectaron de nuevo a las percepciones visuales, y no estuve del todo seguro hasta que no sentí mi cuerpo contra la roca, a pesar de que todavía no veía correctamente.

    No estaba asustado pero sí asombrado, muy curioso por lo que sucedía.

    Cuando los efectos más evidentes ya habían remitido, regresamos hacia el coche a la clara luz de la luna. La bajada por el monte fue algo que nunca olvidaré, pues había restos de estas erróneas perspectivas, y por momentos parecía que más bien reptaba o me deslizaba hacia el río, más abajo. Como el sendero era estrecho y abrupto, los matorrales rozaban constantemente mi cuerpo, pero la destreza de mis movimientos (cautelosos a la vez), me hacía sentir parte de la montaña, como el agua que fluye hacia el océano.

    He de decir que quedé con ganas de experimentar esos viajes tan sorprendentes que la gente describe en sus experiencias, pero no dejo de valorar la mía, que me ha marcado de manera importante entreabriendo unas puertas hasta ahora ocultas para mí. Poco a poco iré tomando contacto con esta hierba, y creo que la próxima vez será sólo con un amigo en mi casa, con un poco de música. Intentaré conseguir un bong, porque me han dicho que es mejor para la salvia.

    Ah, se me olvidaba, con respecto a lo que comentaba una persona sobre la cannabis, nosotros lo combinamos perfectamente con la salvia, y a pesar de que no he parado todavía a fumarla sin hashish, a mí me pareció que la acompaña muy bien. Aclarar que la salvia la fumamos sola, separadamente de los canutos de hash, que simplemente rulamos y fumamos porque nos apetecía.
   

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