Primera experiencia con MDA

por Manu

Este es un relato de una experiencia con unas cápsulas que aparecieron por España en los años 80 y a las que denominaban 'mescas'. A pesar de ser de color verde no eran ni mescalina, ni extracto del cactus San Pedro, sino una combinación de MDA y cafeína.
Molécula de cafeína Molécula de la cafeina


    Gracias a Swami Arup por su bonito relato de iniciación a la "mescalina". También yo fui iniciado a los enteógenos por los años 80 con esas cápsulas verdes, las "mescas". Vivía entonces en Barcelona y tenia 16 o 17 años. Me pego la subida en un túnel peatonal del Metro: cuando entré en el túnel estaba normal, y al salir de él podía sentir el amor que me salía por todos los poros; recuerdo que me encontré por la calle al tío que me caía peor de la clase, un pedorro insoportable, y le pegue un abrazote diciéndole lo alegre que estaba de verle. Él, que era pedorro pero no tonto, me dijo enseguida "Oye, pero es que te has tomado una mesca?"

    El resto de la noche fue fantástico: estuve en una fiesta con mis amigos, queriéndonos muchísimo. A un cierto punto, una de las chicas que más me gustaba (y la que había conseguido las mescas) se aparto conmigo a una habitación; no podía creer mi suerte, precia que finalmente iba a ligar (eran tiempos duros aquellos); estaba acercándome a ella y disponiéndome a poner cerquita mis labios cuando la puerta se abre y una amiga asoma la cabecita preguntándome si me queda una "china", ya que todos habían agotado las reservas. Yo tenia en mi bolsillo lo que era el ultimo pedacito de costo (haschís) de la fiesta, y por un milisegundo pensé en mentir, decir que no me quedaba nada, y seguir alegremente con lo mío, y entonces me asalto una oleada de amor fraternal y dije, "Claro que si, venid todos que nos hacemos el ultimo canuto juntos". Y así fue como nunca me ligue a Cristina, que era una monada de chica. Y en ese momento no me importo en absoluto, era un chaval feliz. Ahora con el peso de los años y de las canas, me gusta imaginar un desenlace diferente (snif!), pero bueno, así es la vida :-)

    En cuanto al efecto fantástico de esas cápsulas verdes, creo que mucho influye el hecho de que eran nuestras primeras experiencias con la substancia. Cuando muchos años más tarde me tomé mi primer éxtasis (MDMA), reconocí inmediatamente la sensación de amor universal calentando mi alma, y fue como volver a encontrar a un amigo perdido.

    Shulgin, el papá del invento, comenta que las primeras experiencias con MDMA son normalmente mucho más fuertes, y a menudo tienen un carácter místico. Agradezco mucho a quien difundió por la península esas cápsulas, y también a Cristina por hacerme probar sus delicias (sólo las químicas, desgraciadamente)

    Un abrazon mescalínico a todos
    Manu

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